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Escasez

No se han vendido almohadillas sanitarias en las farmacias de Ciego de Ávila en lo que va de año

'Lo que estamos viendo (y viviendo) es el mundo al revés: los ciclos menstruales no logran 'adaptarse' a los ciclos productivos de las entidades encargadas de garantizar las almohadillas', cuestiona el periódico estatal 'Invasor'.

Ciego de Ávila
Almohadillas sanitarias producidas por la empresa cubano-italiana Arthis S.A.
Almohadillas sanitarias producidas por la empresa cubano-italiana Arthis S.A. Arthis S.A./Facebook

La escasez de almohadillas sanitarias es uno de los tantos problemas recurrentes en Cuba y, en un reporte reciente, el periódico provincial de Ciego de Ávila, Invasor, informó que, en lo que va de año ese producto no se ha vendido en la red de farmacias del territorio, situación que se repite en casi todas las provincias cubanas.

"Lo que estamos viendo (y viviendo) es el mundo al revés: los ciclos menstruales no logran 'adaptarse' a los ciclos productivos de las entidades encargadas de garantizar las almohadillas. Mientras la regla llega con más o menos exactitud cada 28-30 días, las íntimas de la marca comercial Mariposa vuelan de un mes a otro… y a otro. Un problema que no es, precisamente, nuevo", subrayó Invasor.

Las alternativas son, entonces, "o muy caras (productos importados-productos nacionales revendidos), o muy desagradables (ha sido necesario, como en los años 90, hacer compresas de tela reciclada)", alertó el medio estatal.

Las íntimas, incluso las de la marca Mariposa, sí están en la calle y en los grupos de venta en las redes sociales, tanto en Ciego de Ávila como en el resto de territorios, a pesar de que las autoridades gubernamentales pertinentes aseguren que la capacidad de producción es insuficiente y, por tanto, no pueden abastecer de manera estable la red de farmacias. Entonces, se pregunta Invasor, ¿de dónde salen esas íntimas?

"Se pueden adquirir, incluso con servicio de entrega a domicilio, por el 'módico' precio de 250.00-300.00 pesos, según la urgencia y la necesidad. Están en algunas ventas de garaje, sin pudor. Y también están las importadas, de procedencia mexicana, por ejemplo, y las cubanas de Industria Arthis S.A., aunque nunca se hayan comercializado en los establecimientos en moneda nacional de Ciego de Ávila, como anunciaba Granma hace cuatro meses".

La planta de Arthis S.A., una empresa mixta de capital cubano e italiano, está asentada en la Zona Especial de Desarrollo Mariel. Según el medio estatal Cubadebate la capacidad productiva de la planta es de unos 20.000 paquetes diarios de sus diferentes surtidos, no solo almohadillas, también pañales desechables y apósitos posparto.

La empresa asegura que entre sus principales destinos está la comercialización en pesos cubanos a través de la red minorista, sin embargo, en la investigación de Invasor consta que "todas las ofertas consultadas estaban en páginas de comercio electrónico con pagos desde el exterior". La reventa en el mercado informal de sus productos oscila entre los 900 y los 1.000 pesos por un paquete de 36 unidades.

El medio provincial cuestiona, asimismo que Arthis S.A. asegure que "hace gestiones con tiempo que garantizan el arribo de las materias primas a la Isla de manera oportuna", y hasta la fecha no ha tenido interrupciones por esta causa, en tanto que la estatal "Mathisa incumple, una y otra vez, su encargo social".

La falta de materiales paralizó la producción de Mathisa en Sancti Spíritus durante varios meses el año pasado. Según justificó el Gobierno cubano, el embargo estadounidense limita la obtención cintas superabsorbentes y otros insumos, por lo que hay que adquirirlos a "proveedores diferentes y de naciones muy distantes como España, Finlandia, China y México, lo cual encarece el costo de los mismos".

En agosto la planta entregó apenas 208.000 paquetes, menos del 20% de la producción mensual media de los años previos. El director de esta fábrica, Ángel Pozo, declaró entonces al diario local Escambray que era "imposible" revertir ese atraso y que, entre las tres plantas del país, aspiraban a fabricar tres millones de paquetes entre octubre y diciembre. No se ha publicado si lo consiguieron o cuál fue la producción anual de almohadillas.

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8 comentarios

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Profile picture for user pim-pam-pum

Tal como afirma la Sra. Ana, la escasez de compresas ha sido endémica desde que llegó la "revolú". Noticia sería que algo tan elemental y necesario para las mujeres en edad fértil estuviera en abundancia en las tiendas de la isla. Ni sé cómo se las apañarán porque ya ni trapos viejos hay, aparte que si se quieren reutilizar hay que lavarlos bien, ¿hay agua y jabón para eso? "Ná" las cubanas actuales tienen que hacer como en algunas tribus africanas que cuando menstruan se meten aparte en una choza y gritan "sucio, sucio" y se quedan ahí hasta haber terminado. Cuba avanza... hacia el paleolítico.

Profile picture for user Ana J. Faya

No solo no hay agua y jabón, como usted bien dice, sino que utilizar trapos es una pésima opción para la mujer que trabaja fuera de la casa porque hay que cambiarlos. Cualquier cubana ha pasado por esas situaciones difíciles, molestas y además antihigiénicas. A los días incómodos que supone una menstruación normal se les añade en Cuba la escasez de almohadillas. Aquello es un infierno.

...ya veremos las mypimes "ofertando" tusas de maiz (la sugerencia la hizo chancleta de palo que la usa de supositorio pa'la diarrea......

Profile picture for user Atila

El embargo pretende que las cubanas no mestruen.

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¿Cómo, no sirve el periódico Granma para eso? 🤭

Profile picture for user GigaPanda

No, es 100% en serio 🙃

Profile picture for user Ana J. Faya

Escasearon cuando era joven, siguieron escaseando después, desaparecieron cuando ya era una adulta mayor, y siempre la calidad fue pésima. Ahora veo este artículo en el periódico oficial Invasor, que escribe muy acertada y enfáticamente una periodista mujer, Sayli Sosa. Para mí lo curioso no es que sea esta mujer la autora, que debe estar desesperada porque sufre las menstruaciones sin almohadillas, sino que en un periódico del régimen se publique lo que de hecho es esta denuncia, síntoma del pésimo estado de opinión que hay en la calle.