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Alimentación

Comer saludable, una quimera para las embarazadas cubanas

La malnutrición materna es una de las realidades que influye en las cubanas a la hora de decidir tener hijos o no.

Madrid
Grafiti de una mujer embarazada en La Habana.
Grafiti de una mujer embarazada en La Habana. Diario de Cuba

Comer saludablemente en Cuba es una quimera, y en el embarazo esta cuestión se vuelve aún más acuciante. Con la crítica escasez de la actualidad, hasta las dietas subvencionadas por el Estado para las gestantes han dejado de entregarse. La precaria nutrición materna es sin dudas una de las realidades que influye en las cubanas a la hora de decidir tener un hijo o no.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) considera que una nutrición materna correcta conlleva dietas con abundante fruta, verdura, lácteos, así como pescado y carne.

Durante el embarazo, las dietas deficientes y carentes de nutrientes básicos —como yodo, hierro, folato, calcio y zinc— pueden causar anemia, preeclampsia, hemorragias e incluso la muerte de la madre. Igualmente, pueden ocasionar muerte fetal, bajo peso al nacer, escualidez y retraso del crecimiento en el bebé.

La nutrición óptima es necesaria incluso antes del embarazo. Las mujeres necesitan una alimentación saludable a fin de acumular las reservas suficientes para la gestación. Ya en la etapa del embarazo, aumentan los requerimientos de calorías y nutrientes, y es fundamental satisfacerlos para proteger la salud de la madre y del bebé, durante su gestación y a lo largo de la primera infancia.

Para la Academia Española de Nutrición y Dietética, lo ideal para una gestante es que consuma tres a cuatro porciones de frutas frescas diarias, cuatro porciones de cereales integrales tipo pasta, pan o sémola; beber entre 1,5 y dos litros de agua; evitar el consumo de ultraprocesados (perro caliente o salchichas, por ejemplo), alimentos fritos y comidas con exceso de salsas grasas; consumir aceite de oliva virgen extra; tomar hortalizas fresca bien lavadas o cocidas en las dos comidas y e elegir varios tipos de carnes magras, alternar pescado azul y magros y huevos.

Durante la lactancia, si la madre no se alimenta bien le resultará más difícil reponer sus reservas de nutrientes y colmar sus necesidades alimentarias.

En Cuba, en medio de una escasez generalizada y una inflación galopante, llevar una dieta correcta es imposible. Los agromercados venden unas pocas frutas, verduras y viandas a altos precios; la proteína, sin mucha variedad y casi limitada a la carne de pollo, se vende casi exclusivamente en las MIPYMES, también a precios prohibitivos, y los lácteos son un espejismo tras la destrucción de la industria ganadera de la Isla.

El Gobierno vende desde hace décadas leche subvencionada a través de la libreta de racionamiento solo a los niños de cero a seis años y dentro de las dietas de las embarazadas y de algunos enfermos crónicos, pero en los últimos meses ha sido tal la escasez del producto, que pequeños, enfermos y gestantes la han dejado de tomar. Ante esta crisis, en febrero el Gobierno de Cuba se vio obligado a solicitar ayuda mediante una comunicación oficial a la dirección del Programa Mundial de Alimentos (PMA).

¿Comida saludable? "Ahora ni pan tenemos"

Mirita, una joven de 25 años embarazada de cinco meses toma yogur en sustitución de la leche que le corresponde y que ha recibido en los últimos meses con intermitencia. Reside en San Miguel del Padrón, La Habana, y se considera afortunada porque en una pequeña finca propiedad de su padre tienen dos vacas cuya leche les da para el consumo doméstico.

"Aquí hacemos yogur y con eso balanceo los lácteos en mi dieta. Tenemos mango y aguacate, y tomate y lechuga. No es que sea mucho, pero en comparación con otras familias es un aporte extra", dijo a DIARIO DE CUBA.

Amanda tiene cuatro meses de embarazo y desde la captación médica le indicaron una alimentación balanceada, pero el acceso a proteínas, frutas y verduras es una odisea para ella. "Como lo que aparece, ahora ni pan tenemos", lamentó.

"La doctora me dice que tengo bajo peso, pero ya no hay dietas y cada día encontrar comida está más difícil. Entre la canastilla y el día a día, comer sano es un sueño", consideró la joven embarazada Sayli, vecina de Caibarién, Villa Clara.

Yudelkis, residente en el municipio habanero de Marianao, tampoco lo tiene fácil para obtener todos los nutrientes necesarios durante su embarazo. "Tengo que comer lo que puedo pagar y, como vamos, es poco y malo, por más que mi esposo y mi familia se dejen el pellejo por darme el plato fuerte. Entre los dos ganamos 8.000 pesos, y eso no alcanza para nada", dijo.

El economista Omar Everleny Pérez estimó recientemente en un análisis muy conservador que el costo actual de la canasta básica alimentaria mínima para dos personas en Cuba es de casi 20.000 pesos al mes. El analista consideró precios máximos de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Incluyó una tabla con 17 productos y pequeñas cantidades. Para adquirirlos se necesitan 19.975 pesos mensuales, una cantidad muy distante de los ingresos promedio de los cubanos, que no superan los 4.300 pesos.

A finales del año pasado, al periodista independiente Alberto Arego publicó la denuncia de una madre, reflejo de la situación de las mujeres embarazadas en Cuba.

"A las embarazadas desde el mes de septiembre no se les da dieta ni de leche ni de pollo. Mi hija dará a luz, Dios mediante, el mes próximo, y no ha podido adquirir nada por la libreta de la canastilla hasta el momento. Somos del municipio 10 de Octubre, Luyanó", dijo.

Varias embarazadas comentaron en la publicación de Arego que tampoco habían recibido la dieta o que esta era prácticamente "nada". Igualmente, coincidieron en que tampoco habían podido comprar la canastilla, incluso ocho meses después del nacimiento de sus hijos.

Alina acaba de dar a luz y tiene claro que no volverá a parir. "Hasta aquí llegué. Esta etapa que debería ser hermosa ha sido traumática. Nueve meses de náuseas, con una alimentación de pena, preclampsia, el bebé con bajo peso, una vivienda que se queda chiquita. Y lo que viene con la crianza".

En el año 2023 se registraron en Cuba alrededor de 90.300 nacimientos, la cifra más baja de las últimas seis décadas. Las políticas públicas para revertir la situación de la envejecida sociedad cubana no cuajan, como la promesa gubernamental de proporcionar soluciones habitacionales a cubanas con tres o más hijos.

Hasta el cierre de 2023, en Cuba había más de 62.600 madres con tres o más hijos, según una nota del periódico oficial Granma dedicada a resaltar que a más de 4.222 de ellas se les logró facilitar empleo. Esa cifra indica que las acciones implementadas durante el año no ofrecieron solución ni al 2% de esas madres.

En el mes de enero se aprobó el incremento de la licencia de maternidad hasta los 15 meses de nacido el menor. La medida no supone mayores garantías a las madres no vinculadas laboralmente o que trabajan en el sector privado.

"Celebro la posibilidad ahora de tener una licencia de 15 meses para cuidar de mi bebé recién nacido, pero me estoy planteando irme a trabajar en el sector no estatal próximamente", dijo Carmen a DIARIO DE CUBA. Esta mujer, ya cercana a los 40 años, tiene un salario de 5.600 pesos.

"No es de los salarios bajos, pero no me alcanza para alimentar a mi familia adecuadamente, ni siquiera sumando el salario de mi esposo. Amamanto e intento reforzar mi dieta con el sacrificio de mi madre de 63 años y mi esposo, pero comer saludable es otra cosa", opinó.

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2 comentarios

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Hace pocos días hice un comentario aquí donde dije que la mujer que esté dispuesta a parir en las condiciones actuales de Cuba, tiene que ser muy ignorante, irresponsable o que su reloj biológico está llegando a su final y en ese egoísmo intrínseco que tenemos los humanos por tener descendencia, nos olvidamos de que estamos trayendo una criatura al mundo como un esclavo más de la plantación destinado a ser infeliz, a pasar mil necesidades y en el mejor de los casos soñar, ya en su adultez temprana a escapar del barracón. No es casualidad que el mayor número de nacimientos, esté ocurriendo en adolescentes producto precisamente de su inmadurez e ignorancia.

Comer en Cuba ya es una quimera para cualquiera. Comer sano, posible sólo para la cúpula de la tiranía y a esos no les interesa, nada más ver las barrigas. Pero ninguna de estas cosas son nuevas. Hace mucho que las embarazadas están desprotegidas, alimetnariamente hablando, por eso hay menos mujeres pariendo en la isla.